...Pero ninguna relación es tan simple, siempre hay costos. Y un día, su alma se rompió.
Tan sencillo como un papel que se ensucia y es lanzado a la basura en la que se encuentra de golpe con la oscuridad más absoluta.
Y tan profundo como el más mortífero de las cuchilladas es, la traición.
¿Alguna vez visteis romperse un alma? Yo lo vi una vez.
Regresaba de un viaje muy largo con mi mejor amigo en el que jugar con la muerte era el pasatiempo favorito y cada noche esperábamos al amanecer para darle las "buenas noches".
Salía de aquel local con la dificultad que entraña escapar de la nube de humo y tensión sexual acumulada en el vórtice de la noche y ser los dos tíos mas atractivos de aquel pueblecito costero
Y sobretodo, llevando a mi amigo Juan a cuestas en un momento en que el alcohol no nos dejaba articular el cerebro y las piernas con buena coordinación.
Juventud y demasiado alcohol dejaba como resultado acabar 100 metros más adelante vomitando risas y besos robados que, más tarde, esperaba recuperar con intereses.
No era así para Juan, felizmente enamorado, solo buscaba pasar un buen rato conociendo a gente, pero desde hacia un rato estaba bastante raro, y el doble de borracho.
Se encontraba muy mal y sentado apoyando la espalda en una de las casas de la calle, hundió la cabeza entre sus rodillas quedando en el mas absoluto silencio.
Y no tanto por lo que había bebido, si no por algo que le dolía en su pecho.
Haciendo un acto de coraje, y preocupado seriamente por su salud, examiné con esmero signos de sangre entre los interiores y ex-alimentos que había expulsado, pero no encontré nada.
Y le pregunté de nuevo: ¿Qué es lo que te duele?
Juan me decía que esa noche le habían enviado los 2 mensajes más dolorosos de su vida.
Dos puñaladas.
Era extraño, y le pedí que me explicara un poco más, para ver si podía hacer algo por el.
Pero cuando me agaché a la altura de su cara, y pude ver sus ojos me sobresalté y casi caigo de espaldas.
Seguía siendo él, pero a la vez ya no era el mismo.
Un destello en sus ojos se apagó para ya mas nunca regresar.
Ese destello vive en nosotros, y alimenta con su calor la esencia de cada uno.
Cuando ese calor se apaga, tu alma muere con él.
No hay cosa más triste en la vida, que ver morir a un amigo.
Apresurándome, cogí su movil y busqué en la bandeja de entrada la causa de sus pesares.
Cual fue mi sorpresa al comprobar dos mensajes parecidos:
Uno era de su novia, que rezaba: "Hay algo que debo decirete, por favor, regresa."
El otro? Bueno, de uno de sus mejores amigos: "Tengo que decirte algo.
Tio la he cagado.Me he liado con tu novia.Te lo digo antes de que te enteres por otra gente. Lo siento."
Abracé a Juan, y le dije que el pasado es pasado y no deja de serlo por mucho que lo miremos.
Lloró en mi hombro. Gritó y maldeció apretando su cara fuertemente.
Sus lágrimas, como cicatrices, quedaron marcadas en mi camisa. Me sentía impotente sin poder hacer nada más que eso, seguir a su lado.
Poco a poco, lágrima a lágrima fue aplacando el fuego que le hervía la sangre, y con el la llama de sus adentros...
Ayer, mi alma se rompió. Y por eso hoy no te miro como antes. Perdoname, amigo mio, por irme si despedirme. No esperaba la muerte de esta manera.
Odio la gente que juega con el límite del respeto, y lo traspasa.
Como decía Frida Kalho "He tenido dos accidentes en mi vida, el tranvía y tu. Y tu has sido el peor todos."
¿Cómo no va a doler verte transpirar sobre un cuerpo que no es el mío?
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lunes, 20 de abril de 2009
Almas que se apagan
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4 comentarios:
bestial
realmente bueno...
Gracias gente, la verdad no me esperaba ningún comentario y me ha sorprendido gratamente
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