De princesas sin corona... (Cap. 1)

Era fiesta de curro de mi novia Princesa, y me había tocado acompañarla a razón de no cagarla respondiendo a:

"Por que si. ¿Es que no me quieres?" <--- Trampa amigos. Lo mejor para no discutir: Decirle algo bonito. Agachar el cap. Apretar el trasero.


Al llegar al restaurante. Aparqué junto a el contenedor del local. No quise pensar en un preludio de lo que me esperaba.


Entramos. Serían las diez de la noche cuando empezó la función.

Se hicieron brindis. Se lamieron culos y se fingió una falsa sonrisa, que me hacía dudar si no hubiera un hilo detrás que les tiraba.

Habían pasado 4 horas, y aquello empezaba a decaer. Para mi ya había decaído en el momento de aceptar acompañarla, en lugar de quedar con mis colegas.

Yo miraba desde la barra con mi agua, como se divertía hablando con uno, y con otro... valla, con otro.. y otro más...

No era por falta de mujeres. A Princesa siempre le gustó eso de ser el centro de atracción de todo lo que pudiera, o pensara, moverse. Y el alcohol, simplemente potenciaba sus efectos.

Tuve que intervenir en un par de ocasiones para bajarla de la mesa al coro de 'Que se las bajee!! (bis)'. Por lo que pudiera pasar.


- Princesa, vámonos, creo que ya es suficiente.

- Ggge me dejes, ggiempre eggtamos haggiendo lo gge tu ggieres!! déeegggjame viviggg!!!

- ¿No estás exagerando un poco? Hemos venido porque tu has querido... (Mierda...)

- Gggio??!.- Su aliento a martini doble casi me tumba.- ¿¿Asssig gge no geggias venigg??... !!¿Tu no me ggieres vegdad?!!


Comenzó a llorar, y un grupo de compañeras vino a "consolarla".

La miradas que me lanzaban me hacían sentir como una especie maltratador, alguien que en sus ratos libres comía pollitos vivos o había pegado a un ciego...

Llevábamos 2 años juntos. Ni siquiera estábamos casados. Es más, dudaba si esto era lo que querría para el resto de mi vida.


¿Porqué tenía que soportar cosas como esta?.
La quería. O eso pensaba.

Creía que algún día podría cambiar. No me importaba que no se acordara de mi en toda la semana. Que no enviara ni un solo sms con un 'hola, ¿como estas?'.

Yo sabía que tarde o temprano la vería, y prefería eso a nada.


Pero todo tenía un límite... y no fuera que lo hubiese quemado en copas, pensé en darle dinero para coger un taxi... pero un sentimiento de culpa (hijo de puta) afloró y me atormentó a dudas:

"Y si le pasaba algo? Y si se levantaba en la cama de alguien por error?...Y si me dejaba por ese alguien?"

... que imbécil era por querer estar así de ciego 'Es el precio del amor', me convencía cada vez que ocurría algo de esto, y así me conformaba.

Pero quería salir de allí, y empecé a notar que me ahogaba.

Además que era aquella música?? Conga?? Por dios que no sea la...


- ¡¡Venga!! todos a hacer una fila!!.-Gritó alguien.

- ¡¡SIII!!.- Respondió la multitud enardecida.- ¡¡¡LAAA CON-GAAA, DE JALISSSCOOO...!!


Como si nada hubiera pasado, Princesa se unió a la fila entre dos maromos, como un rayo, y lo mas raro...no había ni rastro de lágrimas en ninguna parte de su cara... ¿¿¿Como lo hacía???


Decidí volver a la barra y pedirme otro botellín de agua.


- Valla, chico sano.- dijo con cierta ironía una morena que más bien iba vestida de noche de cañas, que de cena de empresa.-no abuses mucho, dicen que pega fuerte.- y me hizo un giño.



Me di cuenta que también había estado en la barra casi toda la noche.

- Buenas... ¿y tu eres?...

- Perdón.- dijo, y dejo su cubata para darme la mano.- Me llamo Lib... Bueno, Libertad. Pero no me gusta mucho. Suena a nombre de pueblo jejeje.

- Pues a mi me parece precioso, no debería darte vergüenza.

(Hubo un silencio)

- ...He visto lo que te ha tocado "cargar" .- Hizo el gesto de comillas con las manos y sonrió.

No era una de esas sonrisas falsas de careta. La suya era auténtica.

- Ya bueno, sobreviviré... siempre lo hago.

- Jo, que poeta.

- Eh ¿Que pasa con los poetas?.- dije susceptible, pues era una de mis aficiones.

- Absolutamente nada, a mi me encanta la poesía...


Estuvimos hablando un buen rato.

De poesía a libros, y de libros a música. Desde el punk de los 70 hasta el último disco de Muse. También le encantaba el Jazz.

Hay que decir que pese a su belleza, no era para nada pija.


Y menos novata en ese tema, ya que supo dejarme k.o. en un par de ocasiones.

Lib era de piel morena. Pelo largo y castaño oscuro, con algún par de rastas que le colgaba desde la nuca en una curva tras otra, bailando por su atractiva espalda.

Mirada triste. Sonrisa infinita. Toda una Jazz Woman.


Al despertar de mi emparramiento, vi que Princesa llevaba en la mano unas bragas... y se pasaba lascivamente un hielo de su boca a la boca de... sabe dios cuantos. Me levanté y fuí directo hacia allí.

Noté un Clok!.

Esperaba que fuera el hielo ya que el tipo no se levantaba. Y aunque no volvería a dar palmas en una temporadita, no creo que mi mano estuviese rota.

Lo sentía por el que le hubiera tocado la china, pero a mi me habían tocado los cojones y tampoco había pedido permiso.


- !Pero que haces, animal!!.-gritaban unos y otras.- sólo estaban jugando.

-¿Jugando? Pero si casi se la folla!!.- Intenté hacerles comprender.


No me relacionaba mucho con los demás. Pero yo al menos, cuando tenía una relación, era para hacer el amor. No para hacerme pajas.

Los excitados mal llamados "hombres" de la sala se empezaron a poner gallitos, pero aun me quedaba otra mano, y un par de huevos.

Antes de que pudiera hacer nada Libertad me cogió del hombro y me susurró al oído:

-Vámonos de aquí.


Vámonos de aquí. Probablemente lo más romántico que me habían dicho nunca.


Salimos. Respiré.

Era una bonita noche. Andamos en dirección a ninguna parte, despacio para no perturbar el silencio... No me di cuenta en que momento nos cogimos de la mano...


Continuará...


"Blanche Dubois decía que confiaba en la bondad de los desconocidos. Se ve que nunca salió de marcha por Alicante"