La inocencia perfecta (y perdida)

(tobogan para niños cabrones)

- Se lo ha tragado?.
- Si.
- Rápido!! Corred! .- gritó un tercero.


Jejeje Pequeños cabroncetes, donde irán?.- pensé mientras me dirigía a la uni.



Acto seguido apareció corriendo un alma poseída de unos 50 años.

Era calvo con 'cortinilla' y aspecto de vendedor de chuches. (Se ha de decir que primero pasó toda la inmensidad de su barriga, y luego, como oculto, él)



Me lo han picao! Me lo han picao! El Cholet, ¡¡Que me lo han picao!!.- gritaba mientras agitaba aquella mole.


Los cazó dos calles mas adelante.

Pero a la vista de público, su ira era algo que tenía que tragar.

Debió sentarle como tragar un saco de arena, por la cara descompuesta que mostró al parar en seco e intentar no tumbar a los pobres nanos. (O eso, o la arteriosclerosis)


- Me lo.. me lo has.. picao, cabrón que te he visto, que lo se, que lo llevas ahí.- le dice a uno de ellos.

Los otros dos se mantenían callados. En alerta a cualquier signo de violencia para responder con la ídem.

- Pero qué diceee? si este cholet es mio.

- Que no es tuyo.. arg.. que.. que lo devuelvas coño.

- Que si, que si, que me lo he traído de mi casa... mire (se lo enseña), esta caliente...



El tendero lo toca. Esta frío.



- ¡¿Tu te crees que soy gilipollas?!.- dice el vendedor mientras de un tirón le quita de las manos el sustraído cholet y lo tiraba la basura.


Los chavales salieron corriendo entre risas, y el hombre volvió a introducir su peso en la minúscula tienda, antes espacioso kiosko...


En la vuelta de la esquina, 3 calles más lejos pasé por al lado de ellos.



Estaban sentados en un bordillo, pensando tal vez en la próxima travesura. No tenían (creían) que estudiar, ni tampoco hacer un puto trabajo sobre unos medicamentos que ni sabrían pronunciar.


Escuché un comentario que se me hizo esbozar una sonrisa de empatía hacía ellos, al fin y al cabo,no hace mucho fui niño también:

'Que hijo de puta... si lo iba a tirar, habérmelo dado!'

Encima querían tener razón.



Hace poco le conté esta historia a un amigo tomando unas cañas:


- Jajaja que cabronazos.-me dice.

- Son críos, tienen que serlo. Va en su naturaleza.

- Y los de ahora más, que los fabrican así. Yo ya no me acuerdo si de pequeño la liaba tanto...


(Hubo un silencio)


- ... Quien pudiera ser niño de nuevo...-. dije -recuerdo como disfrutaba encendiendo aquellos petardos y metiéndolos en los buzones después de tocar el timbre .

- Jajaja ¡¡Que terrorista!!

- ¿A esa edad? Se dice niño.